La primera semana de
julio de 2012, se informó a todos los clientes de Pluna que los vuelos de la
empresa se cancelarían de forma indefinida. Esto generó un revuelo tanto a
nivel nacional como internacional, ya que la Línea Aérea Uruguaya dejó varadas
a muchas personas en toda Latinoamérica y la empresa no tenía ninguna respuesta
para darles.
La empresa privada
inversora mayoritaria era LeadGate. Esta decidió irse y Pluna, pasó a estar en
manos del Estado uruguayo. El Estado uruguayo le informó a su otro inversor,
Jazz, una aerolínea canadiense, que tenía la posibilidad de adquirir la
totalidad de la empresa.
Luego de varios días de
silencios, especulaciones y drama, el Estado comenzó a organizar el remate de
los aviones de Pluna, los cuales están bajo el régimen de leasing, al igual que
se comenzó con el concurso de Pluna, entre otras cuestiones.
Según el último balance
de Pluna, con fecha de marzo de 2012, la aerolínea uruguaya tenía un pasivo de
US$ 379,2 millones. Asimismo, el Gobierno uruguayo se haría cargo del pago de
la cuota del fideicomiso que paga los 7 aviones en leasing que poseía la aerolínea,
para luego proseguir con el remate de los mismos.
Más allá del impacto
económico y del revuelo que se ha generado en Uruguay, muchos países limítrofes
y el mismo Uruguay, están preocupados por el impacto que puede generar el cierre
de Pluna sobre el turismo.
Si bien gran parte de los
turistas que ingresan a Uruguay son argentinos y brasileros, según
estadísticas, uno de cada 5 llegó en avión, con lo que el impacto será
inevitable. El turismo en Uruguay alcanzó a ser el segundo mayor rubro en
cuanto a ingresos. Por otro lado, algunos diarios uruguayos comentan que a este
problema, se le suma la incertidumbre en cuanto a las restricciones monetarias
impuestas en Argentina, (como dijimos, gran parte del turismo de Uruguay
proviene de Argentina)
Por lo tanto, el cierre
de Pluna todavía está en proceso de investigaciones y en búsqueda de soluciones;
será cuestión de tiempo hasta que se solucione todo.
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