Ubicada al
sudoeste de Alemania, justo en el límite entre Francia y Suiza, se puede
encontrar la famosa Selva Negra. Según comentan los historiadores, se cree que
lleva ese nombre debido a los romanos quienes la llamaron “populus nigra”
debido a la oscuridad en el tránsito y los caminos producidos por la densidad
de los bosques.

Una de las ciudades más importantes de la zona es la ciudad de Friburgo, la cual cuenta con una arquitectura antigua, pero que se mantiene en forma. La ciudad está llena de estudiantes, con lo que tiene bastante vida.
Luego también esta el pueblito llamado Triberg, con sus casas simétricas. Aquí encontrará varias casas donde se realizan relojes cucú artesanales.
En la región sur de la Selva Negra, se encuentra las cascadas más altas de Alemania: las Triberger. Para llegar aquí existen unos senderos que lo llevarán por los bosques densos y tupidos; una verdadera aventura para realizar en la Selva Negra alemana.
Durante su recorrido por la Selva Negra en Alemania, no debe dejar de visitar sus pueblitos y adentrarse en la cultura ancestral que ellos mantienen. Lo ideal es ir en alguna época de fiestas, para poder ver sus vestuarios típicos, tradiciones y cultura. Asimismo, la gastronomía de la zona es algo que no se debe perder. Pruebe una porción de la torta de la Selva Negra (Schwarzwaldtorte), alguna especialidad dulce con miel, algún vino alemán, el pastel de cebollas (Zwiebelkuchen), o bien alguno de los jamones de la zona (generalmente curados con humo, con lo que tiene un sabor especial). Y eso no es todo, también puede probar alguna carne de caza, como el corzo o el jabalí. Definitivamente, no puede perderse los famosos ñoquis alemanes, los Spätzle.
Viajar por
la Selva Negra al sudoeste de Alemania, como dijimos, no solo se trata de ver
bosques y árboles; es adentrarse en otras culturas, disfrutar de costumbres
ajenas a uno y por supuesto, ver un paisaje natural único y encantador.
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